'Demasiadas preguntas II'

*Velvet le mantiene la mirada, curioso*

- Deberías tener cuidado. No me gustaría que te pasase nada malo... *fijándose mucho, las mejillas enrojecen levemente, imperceptiblemente, y el calor de su cuerpo aumenta al notarla tan cerca*

(carcajada)

- Escucha... (carcajada) Velvet. Yo te agradezco esa preocupación, pero cometes el error de todos los machos. Qué adorable *le besa fugazmente la mejilla. Se pone de pie.*

- Tú me ves así. Con este disfraz de humana (voz fingidamente lastimera), pobre y desamparada muchachita que necesita protección. (carcajada) Pero yo, mi querido caballito, no soy así.

*Un aura de fuego la envuelve y hace brillar sus ojos, su pelo, sus dientes y sus pendientes.*

- Yo soy un dragón. (sonrisa fiera) No necesito que me protejan.

*El fuego desaparece.*

- Pero repito que te agradezco la preocupación, es muy divertido.

*Velvet la mira extrañado*

- Que seas un dragón no significa que no pueda preocuparme por tí, pequeña... Además, preocuparse es gratis, no te voy a cobrar ni nada por el estilo... simplemente... quiero que estés bien.

(risa)

- Bueno, bueno, tranquilo. *Lo mira largamente. Y se le va la risa.* Oh, Velvet, me resultas tan extraño ahora mismo...

*Tuerce el gesto.*

- (suspiro) No creo que vengan a por mí. Si ni siquiera sé por qué lo mataron, es mucho especular pensar que se trataba de algo organizado. (suspiro) Espero haber contestado a tu pregunta.

- Recuerda que si necesitas algo puedes pedírmelo. Sabes donde vivo, dudo que hayas olvidado la piscina que te cargaste ¬¬...*suspira*

- Si, supongo que lo has contestado...

- Bien.

*A Lagartija ya no le apetece reírse. Está cansada de intertar arrancarle una sonrisa. Es como si no fuera la misma persona que conoció. Incluso lo de la piscina rota le suena a reproche poco simpático. Le resulta molesto.
Desvía la mirada.*

- Imagino que querrás volver a casa.

*En realidad, le gustaría que hubiera sido de otro modo. Que se quedara un poco más. Pero ya no quiere intentarlo.*

¿Yo qué te he hecho? Si soy yo la amenazada de muerte, ¿por qué parece que tengas una pistola en la nuca? ¿Por qué tienes que ser así?

*Lo mira de reojo, porque no dice nada.*

- ¿Vel... vet?

*Velvet simplemente estira los brazos y la abraza, pegándola a su pecho*

- ¿Por qué me vuelves loco? *suspira. Se está sincerando, exageradamente* ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti y solo quiero ayudarte? *Se está pasando. Está hablando de más, pero tiene que soltarlo, le pesa demasiado*

*Lagartija piensa que, si abriera un poco más los ojos, se le caerían. Velvet está frío, como una estatua. Y ella lo percibe, muy poco, como una caricia lejana. No siente el frío. Lo que sí siente es toda la tensión descargada en el abrazo.
Y, si lo necesita, se deja. Deja que la abrace.

Aunque, sinceramente, no entiende nada de nada.*

*Velvet respira fuerte, cansado*

- Perdona... *la suelta y se echa el pelo hacia atrás* No quería incomodarte *le sonríe algo contrariado*

*Lagartija ladea la cabeza. Aunque no entiende por qué está tan tenso y tan preocupado, si no lo rodea ninguna amenaza, decide obviarlo.
Se acerca y, con la yema del dedo, repasa el contorno de su maxilar.*

- Tranquilo, no importa *sonríe* Me gusta que me abracen ^^. *Y lo abraza, cariñosa, rodeándole la cintura con los brazos.*

*Es curioso cómo, aun siendo el mayor de los dos y el macho, es él quien parece necesitar protección.*

*Velvet respira, aspira el aroma del pelo de Lagartija y cierra los ojos, relajándose, dejándose abrazar por ella.

Lo necesitaba*

- (susurro) ¿Ya estás más tranquilo? ¿Vuelves a ser mi Velvet de siempre?

Aunque apenas nos conocemos... nos conocemos. Y punto.

*Velvet ahoga una risa en los rizos*

- Si, vuelvo a ser tu Velvet de siempre... Su Velvet...

- Perfecto.

*Lagartija se separa de él y sacude la cabeza. Mira la puerta un momento y se pregunta por qué su compañero no habrá llegado, pero le da la importancia justa.*

- Si quieres, podemos hablar ahora con más calma. Creo que es la única manera de esclarecer algo de todo lo que ha pasado.

*Se recuesta sobre el enorme cojín y espera una reacción.*

*Velvet se acomoda también*

- Me parece buena idea, pequeña... *le sonríe encantador*

(sonrisa)

- Bien. Porque me gustaría compartir una confidencia contigo. (suspira) Creo que eres de los pocos amigos que me quedan vivos.

¡Tú no estás muerto, tú no estás muerto!

*La mira curioso, y sus ojos brillan como el Sol*

- ¿Cual? Te escucho

*Lagartija se sienta, cruza las piernas y apoya la barbilla en tres de sus dedos. Mira hacia la ventana, pero realmente sus ojos están vagando por su memoria. Por todo lo que ha pasado.*

- Conocí a Yull cuando llegué aquí. No fue hace mucho, unos meses. Mi compañero de piso, que ya lo conocía, me lo presentó porque pensó que nos llevaríamos bien. Y, como siempre, acertó. Quería muchísimo a Yull, y él me quería muchísimo a mí. En mi cuarto tengo un cuadro suyo...

(suspiro)

- Cuando salí de trabajar, encontré a cuatro tíos de gabardina con él. Para resumir, le estaban gritando, y de repente uno le disparó. Yo me cegué de ira, me transformé y maté a tres. El cuarto me disparó y echó a correr. *Se toca el hombro, donde apenas queda cicatriz.* Después eché a volar y aterricé en tu casa. Hasta ahí mi sangrienta aventura.

*Parpadea y mira sus dedos, sus garras escondidas.*

- Todavía no puedo creer que ya no esté...

*Velvet la escucha con atención.

De repente nota una punzada en el pecho. Conoce esa sensación.*

- Sé... lo que es eso. *su voz ha sonado triste, y su mirada se ha perdido en la inmensidad del cielo. Le duele. Le abrasa el pecho, pero no lo muestra.

Lo que ocurrió debería estar olvidado, pero sigue ahí, pinchando. Doliendo*

*El sentimiento de Velvet es tan fuerte que Lagartija se lleva la mano al pecho. Se manifiesta en ella como ahogo momentáneo. Tose y se tapa la boca con el puño.
Lo mira con el ceño fruncido, porque sabe que todo eso no es por su relato. Hay algo más. Pero prefiere callarse.*

- Mi compañero de piso ha venido a verme esta mañana, y me dijo que él tampoco lo entendía. En fin. ¿De verdad que no quieres nada para beber? Estás blanco.

*Tarda unos cuantos segundos en contestarle. Seguía perdido en sus pensamientos.

Vuela, vuela lejos, y siente esa mirada azul paseándose delicadamente por sus crines plateadas. Escucha su risa angelical, y de repente Lagartija habla*

- ...No, tranquila, no necesito beber nada. Se pasará en un momento *le sonríe algo forzado*

- Ya.

*Lagartija tiene que aguantar la carcajada involuntaria. Velvet miente muy mal, y ella miente muy bien. Pero se calla. Bosteza.*

- Es tarde... ¿vas a volver a casa? ¿O te vas a quedar a dormir?

*Velvet arquea una ceja, mirándola curioso*

- ¿Quieres que me quede a dormir contigo? *se ríe* ¿Y dónde?

*Lag le envía una sonrisa sardónica.*

- No seas pretencioso, yo no que dicho que 'quiera'.

*Se pone en pie y se despereza. Su ombligo y su hombro brillan con la luz de fuera.*

- Pues tendrás que dormir en mi cama. Tanto mi compañero como yo tenemos camas de matrimonio, pero no me gustaría que volviera y tuviera su cama ocupada. Tú duerme en la mía, yo puedo quedarme aquí tirada. ¿Los cojines te molestan?

- Te recuerdo que ya hemos dormido juntos. No voy a morirme por dormir contigo...*sonríe. Tiene una sonrisa sincera. Lagartija le hace sonreir*