Huida torpe

*Lagartija se sacude la lluvia del cuerpo. Se da cuenta de que no puede quedarse en la calle mucho tiempo más; sigue siendo un dragón. Quiere volver al taller.*

¿Y al troll qué le pasa?

- Tengo... noventa años... creo *hace cálculos meneando las orejas.* ¿Puedo econderme ya? No quiero... que nadie me vea así.

- Claro, acompáñanos jovencita... Tenemos mucho de que hablar contigo.

*Kelevra está simplemente asombrado. En su cabeza sigue retumbando la risa de Maitat y al dragón parece no haberle importado.*
Supongo que será eso una indicación de lo que llegarás a ser de mayor Lag...
Los extraños compañeros vuelven al destrozado taller.

*Lagartija se vuelve a sacudir, como un perro. Las gotas se deshacen antes de tocar la piel de la mujer. El dragón todavía está demasiado confuso como para adivinar qué tiene de anormal.
Mira a su alrededor y baja las orejas. Todo está quemado. La sangre de Velvet todavía mancha el suelo. Suspira, e intenta no pensar en ello.*

- Siento mucho todo esto. Me he... me he puesto nerviosa...

*El recuerdo de las cadenas la hace tiritar.*

*Kelevra se reprime la contestación.*
- No te preoocuupes... Que vaa, solo es un pequeño destrozo de nada...
No me lo recuerdees...

- Olvida al trol cascarrabias, no es capaz de ver lo que acabamos de lograr. *Maitat se sienta en una silla de metal algo enegrecida.* Bien, ¿por dónde empezamos..? ¡Ah sí! Puedes empezar explicándonos que hacías en los bajos fondos preguntando por un troll a todo el mundo y amenazando a un pobre elfo que pasaba por allí. *La mirada de Maitat es escrutadora, pero no ostil [Si esque eso es posible... xDD].*

Empieza la parte de la que me quiero enterar...

*Lagartija abre las alas de la impresión.*

- ¡Lo sabes! ¡Atiza! *da un golpe en el suelo con la cola.* Debe de ser cierto eso de que los rumores siempre corren más deprisa por los suburbios.

*Lag vuelve la cabeza. Su oreja mutilada y los pendientes que brillan en ella se diferencian perfectamente.*

- Buscaba a alguien. A un amigo.

Han pasado tantas cosas... Cómo me gustaría que estuvieras aquí.

- Bueno, digamos que más que los rumores, esque yo tengo muchos ojos en ese lugar. Ciertamente en toda la ciudad.

*Kelevra está apoyado en una columna, escuchando a Maitat.*
- Y dime pequeña... ¿Como se llama tu amigo? Es muy probable que pueda ayudarte.

*Lagartija estudia sus formas. Se concentra en el ruido.
No quiere nombrarlo. No quiere.
Esa... esa "mujer" es la reina del asqueroso barrio que rodea en taller, de eso no tiene dudas. Y Kelevra es su brazo ejecutor; tampoco hacía falta una inteligencia brillante para darse cuenta. No confía en ella. Ni en Kelevra tampoco.
Pero hay algo que...*

Espera. ¿Y el sonido de su...?

*Abre los ojos, separa los párpados. No escucha su corazón. Retrocede un paso.*

- No estás viva...

Maitat observa al joven dragón.
*Kelevra sorprendido se queda mirando a Lagartija.*
Así que para tí no sirven las ventanas exteriores...

La no-muerta esboza una sonrisa.
- No esperaba que tedieras cuenta tan deprisa pequeña. Cada vez me sorprendes más... No obstante no te mostraré mi verdadera apariencia de momento,*maitat desvía un momento la mirada* no es eso lo que nos atañe. A no ser, que tu quieras claro...*Vuelve a fijar la vista con predeteminada lentitud en el dragón.*

Ja, y que le de un colapso a esta...

*Lagartija no contesta a la pregunta. Es evidente que se muere de curiosidad por verla, porque nunca ha visto un no-muerto, y menos a una con aspecto de reina, pero le da la impresión de que no toca, percibe la tension que emana Kelevra.
Por una vez, puede su raciocinio.*

- ¿Y, de mi, qué quieres?

Un no-muerto se supone que es muy pdoeroso. ¿Qué puedo importarle yo? ¿Y si tiene que ver con esos dos que querían encadenarme? ¿Quiénes eran?

- O pequeña... Creo que, por desgracia, *maitat empieza ha pasear con calma por la habitación* no importa tanto lo que quiera yo de tí, si no lo que quieran otros. Como aquellos que te perseguían hace unos momentos y te encadenaron.*Maitat hace una pausa.* Aquellos que mataron a tu amigo Yull...

*Kelevra se prepara para una posible combustión.*
Vale, eso huele a fibra sensible...

- Creo que soy la más adecuada para explicartelo... Para explicártelo TODO... *Vuelve a pararse un momento. Y con predeterminada lentitud levanta la vista hacia los ojos de Lagartija.* Incluido el asuntillo de... Garath...

¡¿QUÉ?!

*Lagartija se congela. Su oreja mutilada empeiza a doler como el primer día, como si la sangre acabara de brotar y tuviese delante a aquel desconocido con las piernas partidas.*

Garaht...

- (susurro) Garath... Yull...

*El dragón busca casi con desespero una respuesta en esos ojos vacíos de vida. Quiere saberlo. Todo. Y ella puede ayudarla.*

- Quiero saberlo todo.

Maitat mira al joven dragón a los ojos.
*Kelevra se queda mirando a su señora.*
Creo que le vas ha decir cosas que ni yo sé... ¿Por qué sabes sobre Garath y nunca me lo habías dicho? ¿Y qué le importa a este bicho Garath?
*Por respeto y porque conoce a Maitat más de lo que él mismo cree se queda callado y espera la explicación.*
- Verás pequeña, estamos en una ciudad en la que los humanos viven a expensas de nuestra existencia. Pasan sus horas sin saber que aquel al que le han comprado el periódico tiene cuatrocientos años de vida, o que el policía que ha parado el tráfico para dejarles pasar es capaz incinerarlos con la mirada. Todo esto es debido a unos... Sujetos... Que creen tener controlado todo el cotarro. Se hacen llamar consejo de criaturas mágicas- Maitat se levanta y empieza a pasear-. Hubo un tiempo en el que yo misma, en vida, pertenecía a ese consejo. Sus intenciones eran nobles, realmente querían ayudar. Pero como ocurre en la mayoría de los casos el poder corrompe. Fui expulsada por mis opiniones y desterrada.
"En la actualidad cazan a lo que llaman montruos... Criaturas que denominan peligrosas. Lo que dicen de cara al público es que lo hacen para proteger, lo cierto es que lo usan de excusa para atrapar a los que les son incómodos.
"Estos sujetos tienen censada a toda la población de criaturas mágicas de Zodia. Al menos eso persiguen. Existe una serie una serie de criaturas que viven sin que el consejo lo sepa, ya sea por ignorancia de la existencia de éste órgano, véase tu caso, o ya sea por voluntad propia, véase el nuestro- la no-muerta señala a Kelevra, después vuelve a sentarse.
"Nosotros pequeña, somos los buenos. Te preguntarás como saber quiénes son en verdad los buenos. La respuesta es sencilla. Ellos son los que han encarcelado y matado a todos los de tu especie, lo que te convierte en la última. He de reconocer que me a sorprendido verte, y es por eso que eres tan valiosa pequeña.

*Lagartija asume despacio toda la explicación de la no-muerta. Le parece tan imposible... cierto que los humanos no sabían de su existencia, y eso era una de las cosas más divertidas pero... ¿matarlos? ¿Monstruos? ¿Por qué?*

- La última... *susurra. Levanta la cabeza y se acerca un paso a la señora sin vida.* ¿Soy... la última? ¿El último dragón?

*Mira a Kelevra.*

- ¿Yull... era un monstruo? Entonces, ¿qué soy yo? Tú no eres un monstruo... yo... yo tampoco lo soy. Creo.

*Tira humo por la nariz. Sus ojos verdes e imposibles vuelven a Maitat.*

- ¿Y Garath? ¿Qué le han hecho a Garath?

Mi amigo...

*Kelevra ya no puede contenerse más.*
- ¿Qué fue de él? Nunca te he preguntado, pero siempre quise saberlo.

Maitat se acomoda en la silla.
- Bueno, bueno. Me parece que es aquí donde vuestros caminos, después de haber estado rodeándose mutuamente, se cruzan.

Sí, bueno... Eso ya lo veremos...
- Garath era un buen amigo de los dos, aunque ninguno os conocierais. Además de ello, trabajaba para mí en la resistencia. La situación es sencilla, fue capturado. Y lleva prisionero durante bastante tiempo ya. A mis oídos ha llegado que ha tratado de escapar varias veces ya, y que ha estado muy cerca del éxito.
"Pero incluso para él es una tarea casi imposible.
"Esto es debido al hombre que administra el consejo desde que yo me fui. Un hombre que se hace llamar "Ro". Si no fuera por él haría tiempo que habría entrado en ese apestoso edificio para rescatar a Garath y acabar con los desvaríos de poder que perpetran.
"Así que vosotros vais a ayudarme. Vosotros y los que quieran acompañaros.

Ay madre...

*Lagartija ruge.*

- Si se han atrevido a tocarle, juro que los destrozaré.

*Vuelve la cabeza rápidamente hacia Kelevra.*

- No me dejaré capturar. Nunca. Mi libertad es lo único que realmente tengo. Pero... pero esto suena casi como preparar una guerra. Yo... no sé... Todo está pasando tan rápido...

*Kelevra mira directamente a Lagartija.*
- No dragoncillo, no suena a preparar una guerra, es preparar una guerra. ¿Qué tenemos que hacer Señora?

Maitat piensa unos momentos.
- Por el momento iros a casa a descansar. Hoy ha sido un día largo. Os llegarán instrucciones por la mañana. Y tranquilos, que con vuestra ayuda rescataremos al elfo.

Por fin...

Guerra...

*Lagartija mira a Maitat indirectamente. Le encantaría decir algo, pero no sabe qué. Por su mente sigue rondando Velvet, que a estas alturas estará en el hospital.*

- (suspiro) Todo es muy complicado...

Te sacaré de allí, Garath. Juro que te sacaré de allí, aunque tenga que matar a quien sea.

*Kelevra se fija en el dragón.*
Supongo que esto es muy complicado para ti...
- En fin... Señora, si me permites are lo que me has dicho y me ire a casa. *Mirando de nuevo a Lag.* Tú deberías hacer lo mismo...

*Lagartija le sonríe a Kelevra.*

- Sí, debería... Perdona lo del taller, de verdad. Es que... esos dos tipos (trago de saliva) Las cadenas me... me hacen sentir... débil. Fue un ataque de furia... nada más.

*Baja las orejas. Se siente todavía peor cuando recuerda que gracias a su descontrol, ahora Velvet está en el hospital.*

*Kelevra mantiene la mirada, no sonríe por fuera, pero no puede evitar hacerlo un poco interiormente.* [SOLO UN POCO XD]
- Si bueno. No te preocupes, ya me las apañaré.

Maitat se despide.
- Ya nos veremos entonces, amigos mios.
Ante la mirada de ambos la señora de la noche desaparece sin dejar rastro.

*Kelevra se dirige a la puerta y levanta la mano al salir despidiéndose.*
- Ya nos vemos, y no te preocupes por cerrar...

- Kelevra... *Lagartija lo llama.* Espera. Quiero preguntarte algo.

*El trol se gira en la entrada antes de irse.*
- ¿Qué quieres?

*El dragón resopla y menea las alas.*

- Garath era... "es" muy importante para mí. Y podía confiar en él. ¿Puedo confiar en ti? A fin de cuentas... estamos juntos en esto.

*El trol se queda mirándola un momento.*
- Nunca me he planteado si se puede confiar en mí. Pero imagino que... Sí.

*Lag esboza una super sonrisa.*

- ¿Eso quiere decir que somos amigos? *Mueve la cola como un perrillo.*