"El día libre del Pegaso"

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*Velvet tiene ese día libre. Kaien le dijo que podía hacerlo.

Ya ha desayunado. Al ver la ventana que ha dejado abierta Lagartija, va a cerrarla, pero decide salir fuera, al jardín.

Está amaneciendo, y recoge del suelo la camisa. Aun está caliente. Esa muchacha es puro fuego. Se ríe en voz baja y aprieta la camisa ardiendo contra su pecho mientras vuelve a dentro, subiendo las escaleras. Se transforma cuando sube, estirando sus patas, haciendo crujir la madera del suelo con cada golpe de los cascos.

Abre las alas, extendiéndolas en su máximo esplendor, perezoso*

(grito)

- ¡Uaaaaah! ¡Mierda de viento!

*Lagartija no ha coordinado demasiado bien el aterrizaje. Va de cabeza hacia una ventana. Es gracioso, es exactamente la misma que ha dejado abierta esa mañana para salir.
Se le traban las alas y se transforma en el aire. *

(porrazo)

- ¡Auch! ¡Maldita sea!

*Se frota el costado dolorido y se enfunda rápidamente en la ropa que llevaba en el gigantesco bolso de cuero. Cuero auténtico.
Se coloca bien la gorra de corte francés, la bufanda y se pone de pie. Es un milagro que el café siga en su sitio.*

*Velvet vuelve rápidamente a su forma adoptada, entrando a recoger algo de ropa a la habitación. Reconoce esa voz. Es inolvidable. Sonríe para sí mismo mientras baja las escaleras para recibirla*

- Pensaba que te habías marchado ya... Lagartija

(gruñidos y protestas)

- Grrr... *se frota el costado y el trasero, y al mirar a Velvet, parece olvidarse.* Sólo a fui a buscarte un café.

*Se lo ofrece con una sonrisa llena de dientes de perfil afilado. Evidentemente, es del Starbucks.*

-De alguna manera tenía que agradecerte la hospitalidad. Ah, y perdona por tirarme encima de tu cama. Era la que más cerca encontré. Y por dejar tu camisa en el jardín. Caí después.

*Se ríe.*

- Anoche no fui demasiado amable. Te pido disculpas. No estaba... en un buen momento.

*Velvet se ríe a carcajadas. No parece la misma chica de la noche anterior. Coge el café, dejándolo encima de la mesa*

- Vale, disculpas aceptadas... *sigue riéndose* ¿Te ha sentado bien un vuelo matutino?

*Lagartija enarca una ceja*

- Qué pregunta más tonta.

*Pasea por la cocina, pasando el dedo por todas partes. Incluso por la nariz de Velvet.*

- La verdad es que fue una noche extraña. Casi parece un sueño borroso... y ojalá lo fuera. Pero bueno (encogimiento de hombros), visto que ha salido el sol y que por fin es mañana, te propongo una cosa. Empecemos otra vez.

*Le sonríe*

- Hola. Me llamo Lagartija. Encantada de conocerte.

*Velvet apaga sus últimas risas, dejando marcada sobre sus labios una amplia sonrisa. Desde luego, si es la chica de la noche anterior, no lo sabe, pero está claro que quiere conocerla*

- Hola. Yo soy Velvet, y el gusto es mío *es costumbre. Coge la mano de ella y la besa, haciendo una leve inclinación con el resto del cuerpo*

*Está claro. Lagartija tiene algo. Especial. Algo que le gusta. Algo que no podría definir con palabras, porque tampoco está seguro de lo que significa, pero está claro que le merece la pena conocerla, para intentar averiguar que es ese "algo especial" que consigue que no pueda apartar los ojos de ella.*

*Lagartija se mira los dedos. Ha quedado una diminuta mancha de café, despegada de los labios de Velvet. No puede evitar que todo aquello le resulte cómico.*

- Creo que es la primera vez que me saludan así.

*Lo mira y recuerda que, dentro de una hora, tiene que estar en el trabajo.*

- Te agradezco mucho tu hospitalidad. Pero tengo que marcharme de nuevo, voy a llegar tarde al trabajo (sonrisa). Pero, si quieres, puedes acompañarme.

*Su cabeza, en silencio, va dando vueltas a los sucesos de anoche.*

¿Quiénes eran esos cuatro? ¿Y por qué... mataron a Yull? No puedo dejar de darle vueltas. Si sigo así, combustiré. (gañido) ¿Por qué nunca estás cuando te necesito?

*Dentro de ella, sintió una punzada. Su instinto.*

¿Y si... tiene algo que ver con... tu desaparición?

*Su instinto pocas veces fallaba.*

*Velvet le sonríe ampliamente, y apura el poco café que queda en el vaso*

- Será un placer, aunque tengo que vestirme antes. Si me disculpas... *sube las escaleras a prisa, con el vaso vacío aun en las manos. Lo tira en la papelera y abre el armario, vistiéndose*

Podría preguntarle qué le ocurrió a su amigo, mencionó que "le habían matado". Pero a lo mejor es inmiscuirme demasiado. Aunque puede que, con el buen humor que tiene esta mañana, me conteste. En fin. Ya probaré

*Lagartija se acomoda en el sofá, dispuesta a esperar. Intuye que su amigo -está convencida de que puede llamarlo así- tardará un poco en 'acicalarse'. Así que se lanza por encima del respaldo de un sofá y se desparrama en él todo lo larga que es.*

Hum... qué cómodo. ¿Uh? ¿Qué es esto que hay en el brazo?
.
.
.
¡Ah! ¡Mierda! ¡Me he cargado también el sofá!

*Y, debido al calor que acumula de golpe, el cojín de asiento empieza a humear.*

¡Waaaaaaaaaah!

*Velvet tarda apenas 5 minutos en bajar. Pantalón, camisa, el pelo recogido en una coleta en la nuca, para que no le moleste*

- ¿A qué huele? *pregunta en voz alta, curioso*

- ¡Waaaaaaaah!

*El humo aumenta. Lagartija se pone tan nerviosa que no puede evitarlo, y sus manos combusten.*

(fuego a chorro, bum)

- ¡Aaaaaaaaaaaaah! ¡Maldita seaaaaaaa!

*Velvet palidece y se acerca corriendo*

- ¿¡Pero qué haces!? ¡Ten cuidado! *coge lo primero que tiene a mano, véase un cojín cualquiera de encima del sofá, y lo aporrea intentando apagarlo*

- ¡Para, para, no toques nada!

*Lagartija lanza la mano hacia delante y la cierra alrededor de la muñeca de Velvet. Está ardiendo y teme quemarle, pero no puede entrometerse.
Levanta la otra mano y grita.*

- ¡Alto!

*Las llamas se paralizan, como una fotografía. No se mueven. Sólo se siente el calor que desprenden. La joven se atreve a liberar al pegaso asustado. Hace un gesto al fuego, y éste se concentra en sus manos. Lo abraza como lo haría un niño a un cachorro abandonado.*

- Ya está... Yo lo arreglo.

*Se mete todo el fuego en la boca, se le hinchan las mejillas. Corre a la ventana y sopla. Las llamas se dispersan por el aire.*

- Buf... Ya...

*Velvet respira, intentando tranquilizarse*

- Vale, ya está... No ha pasado nada... Salvo... que se me ha quemado un trozo de sofá. *está mirándolo incrédulo* ¿La has tomado con mi casa? Primero te cargas mi piscina, ¿Y ahora mi sofá? *pero su tono no es enfadado, sino cómico, burlesco*

*Lagartija se queda mirando el hueco quemado. Después, mira a Velvet. Otra vez al sofá.*

(carraspeo)

- Es que... cuando me pongo nerviosa... combusto. Mi compañero de piso y yo teníamos los mismos problemas con el sofá... Imagino que por eso en casa no hay muebles.

*Agita el pelo.*

- Salvo mi cama. Aunque voy a venir a dormir más aquí; ésa donde me acosté era muy cómoda.

*Velvet suspira*

- No te preocupes por el sofá... lo arreglaré... *la mira curioso* Puedes quedarte aquí todas las veces que quieras... pero ten cuidado. Muchas de estas cosas son.. muy... caras. Y me gustan. Todas. Desde la primera a la última. No me gustaría que se rompiesen... *mira al sofá* más.

(carcajada)

*El perfil de los colmillos de Lagartija brillan como marfil.*

- ¡Muy bueno, me la merezco! *golpea con el puño cerrado el hombro de Velvet y después se encarama a lo alto de una estantería.* No te preocupes, vendré envuelta en ropa ignífuga.

*Le guiña un ojo.*

- ¿Nos vamos?

- ¡Bájate de ahí ahora mismo! *le ha salido durante un par de segundos la histeria. Resopla, tranquilizándose* Sí, sí.. vámonos... que al menos si en la calle rompes algo no tendré que pagarlo yo... espero *coge su chaqueta, poniéndosela*

*Lagartija esboza una sonrisa traviesa.
Baja de un salto -la estantería está exacta- y cae frente a Velvet sobre las puntas de los pies. Con los ojos brillantes, enseña los colmillos y finge que le va a morder en la nariz.*

(rugido)

*Velvet se ríe, divertido*

- Yo también sé morder, no me das miedo, pequeña...

- Ja-ja, los caballos no muerden. Y mucho menos los que tienen esos ojos *se levanta sobre las puntas de los pies* ¿Cómo lo has hecho? ¿Cómo has encerrado el sol ahí dentro?

*Entrecierra los ojos.*

*Velvet se acerca también a ella*

- ¿Te gustan? Llevas razón, son los mismos que tiene mi maravilloso hermano. *se ríe* Además, ¿Por qué dices que los caballos no muerden? yo sí lo hago

- Claro que me gustan. Yo también soy hermana del sol.

*Hay un momento de silencio. Lagartija no intuye por qué de repente su isntinto gruñe. Decide hacerle caso. Como siempre.*

- Buf, me aburro. Yo me voy ya.

*Se da la vuelta y se aleja de él. Salta por la ventana.*

Este tío es raro.

- Algunas personas trabajamos y tal. Me van a despedir si no estoy en la cafetería dentro de... ¡ah! ¡La cafetería!

*Sale corriendo, se quita la ropa como puede, la mete en la mochila y se transforma en el aire.*

- ¡Muévete, hijo de Aurora! ¡Vamos! *Lo espera un momento en el aire.* ¡Atrápame si puedes!

*Velvet se ríe y coge una de sus bandoleras. Se desnuda con calma y guarda la ropa, transformándose en el majestuoso pegaso que es. Extiende sus alas y galopa, saltando tras ella*