Cancerbero
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Cancerbero
- Vengo de aquí ------------> https://zodia.forosactivos.net/casa-de-lagartija-f40/entre-agujas-y-plumas-t47-15.htm#464
*Lagartija huye. Corre por los tejados, los balcones y los toldos como una exhalación. Le cuesta darse cuenta de que no sabe a dónde va. Sólo piensa que los asesinos de Yull van tras la pista de Velvet, porque ha hecho una locura. NUNCA hay que transformarse delante de los humanos, es una de las pocas normas que ella retuvo cuando llegó a vivir a Zodia.*
Velvet, ¿por qué? ¿Y si te...? ¡NO! ¡No dejaré que te toquen!
*Derrapa en una calle y se esconde detrás de unos cubos de basura, encogida como una rata. Respira aceleradamente. Piensa en las palabras de su compañero de piso. Los asesinos de Yull. ¿Cómo sabe él quiénes son? La cabeza le da vueltas. Se da cuenta de que no lleva nada en los pies.
Una furgoneta está aparcada cerca de ella. Dos tipos con una gabardina beige se fuman un cigarro. Lag aguza el oído y se concentra sólo en su conversación. No sabe por qué, le resultan familiares.*
- (al walki) De acuerdo, jefe. ¿Qué aspecto puede tener?
- (vos de dentro del walki) Un tío alto, con el pelo largo y ojos dorados. Un Gran Pegaso. Usad al perro en cuanto podáis, lo localizará enseguida.
(escalofrío) ¡Velvet!
- Recibido. (calada) ¿Has oído lo que le pasó a DeLarge?
- Sí. Dice que se encontró con un dragón. Y que se cargó a los tres con los que iba. ¿Qué coño pintaban los cuatro en el centro?
- Tenían orden de liquidación de un lagarto, una de esas ratas de cloaca que el jefe diseca y examina.
*Lagartija hunde las garras en la pared y pugna por no transformarse. Ahora recuerda. Los tíos que mataron a Yull iban vestidos igual. El carnet, aquella identificación. Lo entiende casi todo. Y lo odia absolutamente todo.*
- ¿Pero lo del dragón es verdad? Los peces gordos dicen que no quedan.
- Yo qué sé. El del pajarraco está obsesionado con que lo encontremos. A saber. Con seguir el rastro del Pegaso ya tenemos bastante. *Lanza la colilla al suelo.* Vamos a sacar al perro. Que huela un poco por la zona; ahora no hay nadie.
*Abren las puertas de atrás de la furgoneta. Lagartija se ahoga por momentos.
Amarrado del cuello, un Cancerbero pone sus cuatro patas gigantes en los adoquines. Todas las cabezas están agachadas y sujetas por cadenas Su brillo le pone a Lagartija los pelos de punta. Los ojos de la criatura están húmedos y sus lacrimales no dejan de segregar lágrimas oscuras. El dragón quiere llorar también.*
- Busca.
*El Cancerbero olfatea. Inmediatamente, huele a Lagartija. Sus ojos infernales, ahora apagados y lastimeros, se posan sobre los cubos de basura. Pero no reacciona. Los tipos vuelven a sus cigarros y lo dejan pasear libremente. Es entonces cuando el animal va junto a Lagartija y acaricia toda su cara con sus tres lenguas. Llora desconsoladamente y gimotea. Lagartija le acaricia el cuello.*
- (susurro) ¿Qué te han hecho, Perrazo...? ¿Qué te han hecho?
*Las cadenas queman como el ácido. Están selladas. Lagartija no se las puede quitar. Quiere ayudar a su amigo como sea, pero con la mirada, el Cancerbero le advierte que huya. Le lame la mejilla y sus lágrimas mojan la nariz y el vestido del dragón.
Lagartija abraza con fuerza al Cancerbero y sale corriendo.
Pero tira uno de los cubos.*
- ¡Eh! ¡Allí hay algo!
- ¡Sube al coche, deprisa!
Maldita sea.
*Lagartija corre todo lo deprisa que le permite su cuerpo humano. Se hunde en los bajos fondos y busca dónde esconderse.*
- Voy aquí ------------> https://zodia.forosactivos.net/taller-clandestino-de-motos-f42/huida-torpe-t50.htm#473
*Lagartija huye. Corre por los tejados, los balcones y los toldos como una exhalación. Le cuesta darse cuenta de que no sabe a dónde va. Sólo piensa que los asesinos de Yull van tras la pista de Velvet, porque ha hecho una locura. NUNCA hay que transformarse delante de los humanos, es una de las pocas normas que ella retuvo cuando llegó a vivir a Zodia.*
Velvet, ¿por qué? ¿Y si te...? ¡NO! ¡No dejaré que te toquen!
*Derrapa en una calle y se esconde detrás de unos cubos de basura, encogida como una rata. Respira aceleradamente. Piensa en las palabras de su compañero de piso. Los asesinos de Yull. ¿Cómo sabe él quiénes son? La cabeza le da vueltas. Se da cuenta de que no lleva nada en los pies.
Una furgoneta está aparcada cerca de ella. Dos tipos con una gabardina beige se fuman un cigarro. Lag aguza el oído y se concentra sólo en su conversación. No sabe por qué, le resultan familiares.*
- (al walki) De acuerdo, jefe. ¿Qué aspecto puede tener?
- (vos de dentro del walki) Un tío alto, con el pelo largo y ojos dorados. Un Gran Pegaso. Usad al perro en cuanto podáis, lo localizará enseguida.
(escalofrío) ¡Velvet!
- Recibido. (calada) ¿Has oído lo que le pasó a DeLarge?
- Sí. Dice que se encontró con un dragón. Y que se cargó a los tres con los que iba. ¿Qué coño pintaban los cuatro en el centro?
- Tenían orden de liquidación de un lagarto, una de esas ratas de cloaca que el jefe diseca y examina.
*Lagartija hunde las garras en la pared y pugna por no transformarse. Ahora recuerda. Los tíos que mataron a Yull iban vestidos igual. El carnet, aquella identificación. Lo entiende casi todo. Y lo odia absolutamente todo.*
- ¿Pero lo del dragón es verdad? Los peces gordos dicen que no quedan.
- Yo qué sé. El del pajarraco está obsesionado con que lo encontremos. A saber. Con seguir el rastro del Pegaso ya tenemos bastante. *Lanza la colilla al suelo.* Vamos a sacar al perro. Que huela un poco por la zona; ahora no hay nadie.
*Abren las puertas de atrás de la furgoneta. Lagartija se ahoga por momentos.
Amarrado del cuello, un Cancerbero pone sus cuatro patas gigantes en los adoquines. Todas las cabezas están agachadas y sujetas por cadenas Su brillo le pone a Lagartija los pelos de punta. Los ojos de la criatura están húmedos y sus lacrimales no dejan de segregar lágrimas oscuras. El dragón quiere llorar también.*
- Busca.
*El Cancerbero olfatea. Inmediatamente, huele a Lagartija. Sus ojos infernales, ahora apagados y lastimeros, se posan sobre los cubos de basura. Pero no reacciona. Los tipos vuelven a sus cigarros y lo dejan pasear libremente. Es entonces cuando el animal va junto a Lagartija y acaricia toda su cara con sus tres lenguas. Llora desconsoladamente y gimotea. Lagartija le acaricia el cuello.*
- (susurro) ¿Qué te han hecho, Perrazo...? ¿Qué te han hecho?
*Las cadenas queman como el ácido. Están selladas. Lagartija no se las puede quitar. Quiere ayudar a su amigo como sea, pero con la mirada, el Cancerbero le advierte que huya. Le lame la mejilla y sus lágrimas mojan la nariz y el vestido del dragón.
Lagartija abraza con fuerza al Cancerbero y sale corriendo.
Pero tira uno de los cubos.*
- ¡Eh! ¡Allí hay algo!
- ¡Sube al coche, deprisa!
Maldita sea.
*Lagartija corre todo lo deprisa que le permite su cuerpo humano. Se hunde en los bajos fondos y busca dónde esconderse.*
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Lagartija- Dragón
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